Me encuentro con Merche, una vieja
amiga, que trabaja en una cafetería cercana a mi domicilio, y le comento mi
afición a las tartas de fondant, por lo que me brinda su apoyo.
En agradecimiento le regalo esta
tarta, pensando en el hijo pequeño que tiene, lo que él celebró muchísimo. Tengo
que decir que lo que más trabajo me costó fue hacer el césped, por la cantidad
hilos de fondant y por tenerlo que pegar en la base, ya que eran hilos muy
finos.
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