El sobrino de
Eugenia, que también es farmacéutico, vio la tarta que había hecho para su tía
y le gustó para llevársela a unos amigos con los que había hecho prácticas en
una farmacia, así que me llama y me dice que quiere una tarta igual que la de
su tía.
La verdad,
copiar lo que es copiar, no se me da bien, ya que cuando hice la primera tarta,
yo tenía unos conocimientos y materiales, que ahora he ampliado, y precisamente
idéntica no puedo hacerla, digamos que he practicado ya un poco y he aprendido
cosas nuevas, pero he intentado ceñirme lo máximo posible al original que le
hice a su tía, y como lo que realmente le interesaba era el símbolo de la
farmacia, me puse con el diseño, que ya la mitad estaba hecho.
Esta vez,
pinté la serpiente, para darle un poco más de vistosidad, y a los lados le puse
como unas copas con fuego, para simbolizar la luz de las ciencias curativas.
El resultado
quedó bastante bonito y de sabor a todos le gustó, esta vez no iba a ser
toffee, no, que ya alguno de los que me leen pensarán que qué pesado con el
mismo sabor. No. Esta vez fue Sponge Cake de fresa, con almíbar de cereza y
relleno y cubierto con ganaché de chocolate.
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