Bueno, ya está
aquí San Valentín, el día del amor, del C. Ingles, y de todos los grandes
almacenes. Nuevamente, me plantean que qué iba a hacer para esta fecha, y la
verdad, que pensar en superar el 2013, me cuesta trabajo. No tengo nada en la
cabeza, y no me viene ningún tipo de inspiración. Me pongo a ver un poco las
tartas de San Valentín que hay en la
Web, y no acierto a encontrar ningún tipo de idea que sea
diferente y bonito, algo digno de regalar en estas fechas y que la persona amada
se sienta tan especial como para sentirse alagada ante una tarta de “Fondant y
Azahar”.
No me queda
otra que admitir que el 2013 fue muy especial y la tarta de esta fecha, fue un
descubrimiento, además de una gozada al comprobar la belleza de algo tan simple
y a la vez tan complicado como puede llegar a ser una tarta. Hablo con mi amiga
Lucy, amistad desde antes del ´92, cuando ambos trabajábamos en un hotel en la
zona de Triana. Lucy se ha vuelto loca este año encargándome tartas para todas
sus amistades y sus familiares.
Lucy será, por
su supuesto, la jefa de ventas de mi empresa cuando llegue a montar mi sueño,
se lo he prometido y además que mejor que ella, no creo que pueda encontrar a
nadie. Desde este humilde blog, un beso muy fuerte para ti Lucy con todo mi
cariño.
Bueno pues
empiezo a trastear y ¡EUREKA!, por qué no hacer una tarta con un Cupido dorado
disparando las flechas del amor. ¡A ver en que berenjenales me meto este año!
Pero trasteando en la web, encontré la silueta de Cupido que necesitaba, primero probé a
hacer un Stencil o plantilla con papel de horno, pero resulta que no pasaba la
primera tarta, debido a la humedad de la pintura, y para recolmo, toda la
semana ha estado lloviendo, una humedad espantosa. He estado sufriendo con el
fondant, más que disfrutar con él. Bueno, pues me hice de un acetato y comencé
a dibujar y recortar mi “stencil”, ¡Con las ganas que tenía de trabajar con
uno! Y mira por donde he comprobado lo fácil que es hacerse una plantilla con
el dibujo que más te agrade.
Este año, para
recordar aquello de los momentos duros y los momentos dulces del amor, la tarta
ha sido de frambuesa, con una fina capa de mermelada de cerezas y una capa de
buttercream de crema de limoncello. Cubierta con ganaché de chocolate negro.
Deliciosa.
Bueno, yo también hago mi tartita
correspondiente para casa. Aunque a veces es verdad aquello de ¡¡“en casa del
herrero, cuchillo de palo”!!
Que pinta tiene esta diciendote a gritos comeme.un saludo de ainoa
ResponderEliminarMuchas gracias, Ainoa. Ya sabes, si vienes por Sevilla cuenta conmigo.
EliminarRecibe un cordial Sldo.