Me llama mi amiga Amalia, que
tiene unas hijas preciosas, a cual más guapa y también a cual más inteligente
(no, no puedo decir listas, por que estas criaturas no son listas, lo siento,
ellas son inteligentes y mucho).
Bueno, a lo que cuenta, me llama
Amalia y me dice que su hija Ana Belén va a celebrar el 3er. Aniversario con su
novio Adrián, y quería que le hiciera una tarta de aniversario, pero no una
cualquiera. Para mi, lo típico de una tarta de aniversario son los lazos y
cruce de elementos, que simbolizan la unión de las personas, pero esta vez, es
diferente.
Hablo con Ana Belén, y lo primero
que me viene a la mente es un nido de pájaro. No me dice nada, pero quiere que
vaya una leyenda que diga “NADA ES IMPOSIBLE”, así que en mi mente
comienzan a aparecer unos árboles que entrelazan ramas y entre las que una
pareja de pájaros han elaborado un nido de amor, así mismo las hojas verdes, los corazones y las flores son los
frutos del amor que van llenado las ramas de los árboles.
La verdad, no sé si es cursi, pero
yo, para decorar una tarta, tengo que elaborar en mi cabeza una historia, una
historia que pueda contar con el fondant y los colores que este ofrece.
Una vez más, la mezcla de sabores,
es Nutella con leche condensada, y es que a todo el mundo le gusta esta mezcla
de sabores.
Cuando les llevé la tarta, la
verdad que les gustó mucho y las caras de Amalia y Ana Belén expresaban la
satisfacción de ver una tarta que con unas simples figuras expresaban la idea
que Ana Belén tenía en su cabeza, y por su supuesto con la frase que ella, con
y por sus motivos quería hacer patente.